Incluso puede que no te suenen de nada estos conceptos, pero tranquilo, que en el artículo de hoy quiero explicártelo e ir más allá, contándote también las principales ventajas e inconvenientes de cada una de ellas.
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¿Qué significa que una aplicación es on-premise?
Una aplicación o software es on-premise es el que se instala en tus servidores u ordenador, es decir, en tus equipos informáticos, sean los que sean.
Podemos afirmar que, hasta el año 2010 (más o menos), era lo normal.
Es decir, comprabas un software o una licencia del mismo, lo instalabas en tu ordenador o servidor, y a funcionar.
Pero, como te decimos, desde el año 2010 la conexión a Internet empezó a ser más fiable y rápida, permitiéndonos hacer otras cosas.
Aquí es donde entra en juego el formato Cloud, también conocido como SaaS.
Algo interesante que te queremos contar:
El concepto de “on-premise” no existía hace una década, porque todo era “on-premise”. Surgió cuando el Cloud y el SaaS empezaron a hacerse más populares, para poder diferenciarlos de “lo otro”.
De hecho, fíjate en esta captura de Google Trends para que veas cuándo empieza a usarse el término Cloud.
¿Y qué significa que sea Cloud o SaaS?
La diferencia más importante con el on-premise es que, cuando un software está instalado en cloud (o en la nube, si nos lo queremos traer al castellano), esa aplicación no está instalada en tu ordenador ni en tu servidor.
En su lugar, está instalada en un servidor de otra gente.
Algo tan nimio como esto cambia totalmente las reglas del juego, ya que tú dejas de ser la parte responsable del mantenimiento de ese programa para serlo la empresa que te lo vende.
De aquí, como te decía, surge el SaaS, que es el acrónimo de “Software as a Service”.
Aquí, si queremos acceder a la aplicación en cuestión lo debemos hacer a través de un navegador web (ya sabes, Chrome y demás), normalmente poniendo un usuario y una contraseña.
Como habrás adivinado, sin conexión a Internet la cosa deja de funcionar.
Ventajas y desventajas de los sistemas on-premise y Cloud
Ahora que ya sabes las principales características tanto del sistema on-premise como del modelo Cloud, vamos a contar algo más acerca de las ventajas y los inconvenientes que tiene cada solución, para que puedas elegir la que más te conviene en cada caso.
Sobre los costes de instalación y licencias
Normalmente, lo primero cuando eliges una plataforma es que hay que pagar por ella.
Y en el caso del on-premise y el Cloud, también ocurre.
En el caso de una aplicación on-premise, vas a necesitar un ordenador o servidor donde tiene que correr y, además, un coste de licencia.
La parte buena es que estos gastos son fijos. La parte mala, es que son algo elevados.
En el caso del Cloud la barrera de entrada es menor ya que, al correr la aplicación sobre los servidores de otros, ese gasto inicial lo ahorras.
La parte mala es que la licencia va a ser más cara porque, además del software en sí, estás pagando por los servidores, siendo algo así como un alquiler.
En el momento que no pagas, la información desaparece.
Hablemos un poco sobre seguridad
La seguridad es muy importante para todos pero, ¿qué es más seguro, que tus datos los tengas en tu servidor o que los custodie un tercero?
La respuesta más rápida es la siguiente: depende.
Depende principalmente de tu capacidad para hacer las cosas, ya que la seguridad en un on-premise depende de ti al 100% y, por otro lado, de la capacidad que tenga la empresa que te vende la solución en el caso del cloud.
Lo que sí está claro es que, en el caso del on-premise, te supone un esfuerzo extra.
¿Qué es más escalable, on-premise o Cloud?
Una vez iniciamos un proyecto, sea el que sea, desde una aplicación hasta un producto final, siempre debemos pensar qué va a ocurrir si el proyecto crece y qué consecuencias va a tener.
En el caso del on-premise depende mucho de si va a crecer en número de programadores o en número de usuarios finales, ya que, cada nuevo usuario y/o programador, va a tener que pagar una licencia y que tener un equipo para poder utilizarlo, así como vamos a necesitar un servidor mayor.
En el caso del Cloud pagamos simplemente licencias y, en ocasiones, por su uso.
Siempre se dice que el Cloud es más escalable porque los recursos con los que suele contar la empresa que te provee tienden a infinito, pero ojo, que cada licencia y cada plan de uso, suman, y como el proyecto tenga mucho usuario final el coste de las licencias puede subir muchísimo.
Implementación y personalización de ambos
Si hablamos de implementación, una solución Cloud suele ser mucho más rápida de desplegar y más limpia, pero tiene truco.
Esto pasa porque son menos personalizables, y claro, a menor grado de cambios, menor tiempo para que todo funcione.
Así que aquí debemos poner sobre la mesa la siguiente reflexión:
¿Cubre todas mis necesidades lo que me ofrece mi proveedor de Cloud/SaaS? Y, lo más importante, ¿voy a necesitar algo a mayores en el futuro?
Si ambas respuestas son afirmativas, el Cloud puede ser una buena solución.
Si necesitas soluciones muy personalizadas o sistemas más flexibles, debes optar por una solución on-premise.
Elegir on-premise o cloud según tu presupuesto y filosofía de empresa
Como habrás visto, el presupuesto de entrada de una solución on-premise suele ser más elevado que en un Cloud, suele tener una mayor flexibilidad y los datos estarán en tu empresa, sin que nadie que tú no quieras pueda verlos.
Si estas son prioridades para ti porque necesitas tener el control al 100% de los datos, una vez más, tu opción irá por el on-premise.
Por el contrario, si eres más transparente, te fías de la labor que haga tu proveedor con tus datos y, además, tus necesidades están cubiertas por la solución que te propone el Cloud, entonces esta será muy probablemente la mejor opción para ti.
¿Necesitas acceso global o no?
Un punto que suele hacer caer la balanza hacia un lado u otro es la necesidad de tener acceso desde cualquier lugar o sólo desde la red de la empresa.
Te explico.
Las soluciones on-premise están alojadas en tu servidor, por lo tanto, en cuanto estés fuera de la red de tu empresa, vas a tener problemas para acceder.
Sí, puedes trampear con escritorios y accesos remotos, pero son eso, trampeos. La aplicación no va a funcionar tan bien como debería.
Por el contrario, si necesitas tener acceso desde cualquier lugar (siempre con conexión a Internet), la única opción posible es el Cloud/SaaS, ya que vas a poder poner un usuario y contraseña para acceder a la plataforma sin problema.
El grado de dependencia del software también es muy importante
Cuando hablamos de grado de dependencia hablamos también de personalización.
En una solución Cloud estás muy a merced del proveedor, ya que cambiará funcionalidades como él quiera y eso puede venirte bien y mal.
El caso es que no vas a tener el control total sobre los cambios, y eso no siempre es bueno.
Por supuesto, los proveedores de soluciones Cloud suelen escuchar a sus clientes y suelen añadir (y eliminar) funcionalidades según las van pidiendo, pero no tienen por qué realizar las que tú necesitas.
Puede ocurrir algo como que ese proveedor de Cloud cierre y, si eso ocurre, la información de tu proyecto se va con él.
No es plato de gusto para nadie y no es algo que ocurra todos los días, pero puede ser.
Sin embargo, con el on-premise, una vez instalado en tu ordenador el software, puedes seguir funcionando.
Cuando usar on-premise o Cloud/SaaS
Una vez tenemos todos los datos, podríamos decir que:
Si no quieres tener un coste inicial elevado y la solución que te propone el proveedor cumple todas tus necesidades, puedes ir a por un Cloud sin problema.
Por otro lado, si quieres tener control de tus datos y personalizar el entorno como te venga en gana, entonces mejor on-premise (siempre que no quieras acceder a él fuera de tu red).
Datos financieros, sanitarios y demás datos especialmente sensibles
Hay una situación especial, que es cuando manejamos datos muy sensibles con normativas muy específicas, como ocurre con datos financieros, datos sanitarios o en segmentos como el de la policía, entre otros.
En esos casos, todo el software suele tener la consideración de estar en servidores locales fuertemente auditados, con lo que la solución suele pasar por un entorno on-premise, queramos o no queramos.